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Gráfica libre para una sociedad libre

 

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Del Buen Vivir al Buen Conocer. Del Buen Conocer al Buen Diseñar. Del diseño como estrategia de marketing (viejo mundo) al diseño como herramienta común (Economía Social del Conocimiento). El proyecto El Buen Conocer / FLOK Society libera su gráfica. Compartimos con licencia Creative Commons compartir igual todas las creaciones del equipo de nuestro equipo diseño. Compartimos / liberamos todo: iconos, logos, flyers. Cualquier persona puede reusar y modificar nuestra gráfica.

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Guía incompleta para colaborar

Un textoescrito por @Ricardo_AMASTEenenerode2012parasupublicaciónenellibrosobreprácticasculturalesemergentes‘Música para camaleones’(editadoporTransitProjectes en noviembre de 2012). > Descargar ‘Guía incompleta para colaborar’ en pdf. > Descargar libro completo ‘Música para camaleones’.

Aquí estoy, en la paradoja de enfrentarme sólo a un texto sobre colaborar. Nada menos que 6.000 palabras. Cuando me lo pidieron ya me pareció muy largo para el tipo de textos que estoy acostumbrado a escribir… Al final me he pasado. Quizá, si hubiese perdido menos tiempo en pensar lo largo que era y hubiese dedicado un poco a cómo escribir el texto como un proceso de colaboración, ahora este texto sería otro. No se si mejor o peor, porque no todos los procesos de colaboración funcionan, dependen del tipo de condiciones, las personas que participan, de los medios que se ponen para ello y de una buena dosis de suerte.

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El empoderamiento de lo local para el beneficio global

FLOK Society ha recibido otro valioso aporte en respuesta a su Carta Abierta. Kevin Parcell, pensador alrededor del procomún y propulsor del concepto de Reconomía, explica cómo las sinergias del conocimiento local y las redes globales benefician el desarrollo sustentable de las comunidades.

Uno de los inconvenientes de la estructura democrática actual es que su distribución de poder (de arriba hacia abajo) tiende a dejar de lado los valores de los sistemas naturales y humanos de ámbito local. Nadie conoce mejor sus realidades, fortalezas y necesidades que las propias comunidades. Es así que el empoderamiento de lo local, en consecuencia, derivaría en un sistema eco-sustentable más confiable. Sin embargo, una distribución de poder exclusivamente inversa (de abajo hacia arriba) también impediría una sinergia completa.

Parcell lo explica de la siguiente manera: “Como individuos experimentamos todo tipo de climas, donde quiera que estemos, de tal manera que las tendencias climáticas son muy difíciles de estimar basándose en cualquier experiencia local en particular”. Es así que el más eficiente poder que se puede distribuir entre los individuos es el “empoderamiento relacionado con su entorno (por ejemplo: desarrollo y conservación de recursos locales)”. Ahora bien, para que esfuerzo local se canalice apropiadamente, debe existir una infraestructura global que expanda este conocimiento para el resto de comunidades.

El autor plantea la necesidad de una infraestructura global que funcione como una interfaz con dos propósitos: el primero, conectar las economías locales y globales de forma que podamos explotar la economía de escala global proporcionando tecnología a las comunidades locales en constante cambio y evolución; y segundo, lograr que esa interfaz sirva de apoyo entre comunidades locales de tal manera que se conecten a una red global de que garantice el acceso al conocimiento.

Esta interfaz se vuelve viable con las posibilidades de conectividad que ofrecen las nuevas tecnologías en Internet.

Los ecosistemas locales y globales deben participar del intercambio con beneficios mutuos y entender que el uno depende del otro. Tomemos la función del agua como ejemplo, propone Parcell. El agua lleva nutrientes a la raíces (local), lo cual exporta beneficios para toda la atmósfera (global). Los sistemas económicos locales tienen que hacer lo mismo, sólo que ellos exportarían valor (conocimiento) al sistema global. Actualmente, sin embargo, este sistema global traslada este valor a los lugares en donde menos se necesita –como si lloviera sólo sobre los océanos-. “En semejante desastre ecológico, tendríamos que encontrar una manera de mantener el agua local, sin necesidad de acabar con la atmósfera. Lo mismo sucede con nuestra economía, debemos mantener el valor local para crear sistemas locales prósperos sin necesidad de cortar el sistema global, de lo contrario los sistemas locales fallarán y con ellos el sistema global”, concluye su reflexión Parcell.

Lee aquí el documento original compartido por Kevin Parcell: español /english.