Microentrevista: Karina Vega Villa

“Existen muchas limitaciones ligadas a la cultura del patente, en la que las corporaciones multinacionales orientan la investigación de acuerdo a intereses particulares”.

Esta es la charla con la ecuatoriana Karina Vega Villa, Doctora en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Estatal de Washington, quien se interesa en la combinación de sistemas de salud convencionales y tradicionales de América del Sur.

¿Qué importancia tienen las tecnologías libres en la sociedad?
Las tecnologías libres facilitan la colaboración y la discusión comunitaria. En el campo de la biología, las tecnologías libres permiten avances científicos y comerciales y fomentan la participación ciudadana a través de movimientos como el de hacerlo uno mismo (DIYbio por sus siglas en inglés) que en cierta medida se mueve con mayor libertad que la investigación en corporaciones o universidades.

La cultura libre nació tras el surgimiento del movimiento del software libre, usando sus paradigmas y licencias libres. ¿Es posible dar el salto de la cultura libre a la arquitectura libre, la agricultura libre o la economía libre?

En el área de descubrimiento científico y desarrollo tecnológico, la cultura libre no es solo posible sino necesaria. Existen muchas limitaciones ligadas a la cultura del patente, en la que las corporaciones multinacionales orientan la investigación de acuerdo a intereses particulares. Por otro lado, en un intento por afirmar soberanía sobre sus recursos biológicos, los países firmantes de la Convención de Diversidad Biológica han menguado la investigación básica y por ende los prospectos que la ciencia ofrece para el progreso intelectual y tecnológico. Por ello, es importante el uso de un modelo abierto y protegido para la exploración de los recursos biológicos que garantice una mayor circulación y utilización del conocimiento.

¿Cómo definiría el procomún, los bienes comunes o los ‘commons’ (término más popular en inglés)? 

El procomún se refiere a recursos o servicios a los que tienen acceso varios participantes los mismos que tienen la libertad de distribuir, estudiar, cambiar y mejorar los recursos y la responsabilidad de velar por su cuidado y preservación.

¿Puede ser la Economía Social del Conocimiento que está tejiendo Ecuador una alternativa al Capitalismo?

El régimen de “hiperpropiedad” que se maneja actualmente en los ámbitos públicos y privados alrededor de los recursos biológicos, y en particular los genéticos, no son conductivos de la apertura y colaboración requeridas en la investigación y desarrollo (I+D) científicos. En particular, los modelos de bioprospección contemporáneos valoran la biodiversidad como fuente de materiales más que de información. Este enfoque mercantilista no refleja la realidad y tampoco evita el acceso e uso indebido de los recursos genéticos. Es por ello, que el modelo de “procomún protegido y abierto” se debe considerar en el contexto ecuatoriano. Es posible que sea la estrategia de gestión más adecuada para promover la innovación y la colaboración durante las etapas iniciales de I+D, mientras que facilita el establecimiento de precedentes legales para la recuperación de los derechos de propiedad. Un modelo “protegido y abierto” estimula la curiosidad, facilita el descubrimiento, y fortalece el recurso más crítico en una economía basada en el conocimiento: el capital intelectual.

¿Qué expectativas tiene de la Cumbre del Buen Conocer de Quito?

Espero que la Cumbre del Buen Conocer sea un espacio de amplio diálogo y trabajo colaborativo que lleve a la creación de políticas públicas relevantes a la realidad ecuatoriana.