El borrador busca hacer una definición más amplia del tema de biodiversidad dentro del contexto ecuatoriano, que incluye no sólo los elementos biológicos, sino también la cultura y el conocimiento indígena. El documento fue elaborado por el Dr. Stefano Golinelli, la Dra Karina Vega-Villa, el Dr. Juan Fernando Villa Romero, de la Universidad de Berkeley, y coordinado por Dr. George Dafermos, parte del equipo de investigación de FLOK Society.
En el contexto de la emergente bioeconomía, es decir, cualquier actividad económica derivada de la labor científica en ciencias de la vida, es probable que el valor de los recursos biológicos disponibles aumente en todo el mundo. La gran mayoría de la biodiversidad del Ecuador, sin embargo, permanece sin explorar, pero su importante potencial para generar y sostener la actividad económica en el largo plazo es evidente. Este potencial tiene que ver, además, con el conocimiento ancestral de comunidades indígenas que, por ahora, se ha fragmentado. El mismo no se ha sistematizado ni difundido a escala nacional.
Dicho de otra manera, el borrador sostiene que el país puede convertirse en una referencia de bioeconomía no solo por sus bondades naturales, sino por el conocimiento ancestral en el uso de esos recursos y el ánimo de inversión en el desarrollo científico que ha mostrado el gobierno. El objetivo de esta propuesta es que esa bioeconomía sea de conocimiento local y social, para exportar el conocimiento sobre recursos biológicos y culturales únicos del Ecuador a las comunidades globales.
En resumen, las propuestas -algunas a través de modificaciones de decretos y otras implementaciones completas- de políticas públicas son:
- Establecer un rol principal para las comunidades indígenas durante la divulgación y el desarrollo de conocimiento tradicional. Su participación implicaría el establecimiento y manejo de repositorios locales, autoridad en la toma de decisiones sobre los recursos relacionados con los conocimientos tradicionales y el reconocimiento como autores/innovadores en colaboraciones recíprocas.
- Distinguir la investigación básica y la comercial. La participación activa de organismos científicos que tienen experiencia relevante en investigación y desarrollo; es decir, las sociedades científicas, instituciones académicas y organizaciones de investigación privadas en Ecuador debe ser parte de la gobernanza de la bioprospección.
- Establecer la colección y administración de recursos biológicos y culturales. Los repositorios biológicos y culturales deberían basarse en un régimen de conocimiento procomún abierto pero protegido y serían monitoreados a nivel nacional por las autoridades pertinentes como lo establece el Art. 20, en conjunto con la SENESCYT y la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional.
- El establecimiento de una Compañía Nacional de Bioprospeccion (CNB). Esto facilitaría la evaluación racional del potencial económico y científico de la biodiversidad del Ecuador y la creación de una bioindustria orientada al procomún.
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